jueves, 29 de diciembre de 2011

El hombre y el agua


Si el hombre es un gesto
el agua es la historia.

Si el hombre es un sueño
el agua es el rumbo.

Si el hombre es un pueblo
el agua es el mundo.

Si el hombre es recuerdo
el agua es memoria.

Si el hombre está vivo
el agua es la vida.


Si el hombre es un niño
el agua es París.

Si el hombre la pisa
el agua salpica.

Cuídala
como cuida ella de ti.

Brinca, moja, vuela, lava,
agua que vienes y vas.
Río, espuma, lluvia, niebla,
nube, fuente, hielo, mar.

Agua, barro en el camino,
agua que esculpes paisajes,
agua que mueves molinos.
¡Ay agua!, que me da sed nombrarte,
agua que le puedes al fuego,
agua que agujereas la piedra,
agua que estás en los cielos
como en la tierra.

Brinca, moja, vuela, lava,
agua que vienes y vas.
Río, espuma, lluvia, niebla,
nube, fuente, hielo, mar...
Joan Manuel Serrat

jueves, 12 de mayo de 2011

Kannagara No Michi

“Kannagara, es la ola de Dios, el flujo de la energía creadora que une pasado y futuro. No Michi, a partir del cual se desarrolla el Shinto, no es una religión o filosofía. No se atribuye a ningún creador ni posee libros sagrados. Es una vía que busca la verdad y la realidad divina.”


“El Fujiyama posee una gran diversidad de senderos y cada caminante obedece a razones diferentes. Poco importa la vía escogida, todos los senderos llevan a la cima, a la misma realidad final.”


“El Kannagara es una vía de intuición que no comporta ni leyes, ni doctrinas del bien y del mal. Se rige, en cambio, por las leyes de que gobiernan los fenómenos naturales. Es un camino de libertad suprema pues, para que una acción esté en armonía con la naturaleza, debe ser el resultado de la obediencia espontanea a la ley del kami, Creador y Origen del Universo. Las montañas tienen el nombre Dios. El viento tiene el nombre de Dios. Los ríos tienen el nombre de Dios. Arboles, hierbas, animales, toda la creación natural es manifestación de su consciencia y Amor infinito.”


 “Las leyes del universo han estado rigiendo desde el comienzo de los tiempos, miles de millones de años antes de que aparecieran los primeros signos de la humanidad. En este sentido, hemos de comprender que la ciencia solo analiza y utiliza tales leyes universales. Desde tiempos muy remotos, la humanidad ha percibido un poder misterioso que controla las leyes y denomina “Dios” a este. O’ sensei lo llamo “función milagrosa del Ki”. El Aikido comprende el amor y la protección a todo lo existente.”


“Hablamos de amor en términos abstractos, pero el amor no es una idea abstracta. Si aunque solo por un segundo no hubiera amor, no habría vida, ni aire, ni agua, ni alimentos. El amor es realidad. Vivimos en este planeta en virtud del amor del Dios. No se trata de un amor abstracto o sentimental, sino de un amor estricto y vital como la misma creación. Dios no es una expresión de la lógica o la filosofía, Dios es amor.
La armonía y la unidad son la esencia del amor. El amor universal no es amor egoísta. Está libre de prejuicios y acoge en su seno a todo lo creado. El amor no tiene expectativas. Penetra y llena su objetivo y los opuestos dinámicos devienen de una unidad y crecen juntos. Los nervios de Dios llenan el vacio. Su conciencia sensorial reverbera en el mundo oculto donde toda acción o fenómeno no tiene origen. El mundo invisible de las vibraciones, el vacío entre las estrellas y el vacío dentro de las orbitas de los electrones, está cargado con su pulso. Éste es el mundo espiritual, cuya energía crea la materia visible a través del movimiento de su soplo.”


“En el interior de este ritmo -Yin y Yang-, la creatividad surge y los opuestos se unen. El creador y la creación forman una unidad, no están separados, y nosotros estamos inmersos en el ritmo perfecto que es la expresión de la sabiduría divina.
La unidad es e poder de Dios que resuelve todos los conflictos. El proceso de unificación de los contrarios es el musubi.”


“El pensamiento racional nos hace percibir los extremos, los contrarios como elementos en conflictos. Esto no es más que una ilusión. En efecto, la oposición entre felicidad y sufrimiento, entre amor y odio, entre moralidad e inmoralidad, no tiene más que un valor subjetivo y relativo. Quien no conoce el dolor no puede conocer la alegría. En la creación de la belleza, reconocemos la ausencia de lo bello. En el placer subyace el dolor. No podemos conocerlos separadamente. La alegría no existe sino con relación a la tristeza y no hay placer sin dolor. La unidad existe en cada cosa y sería absurdo establecer un juicio moral. Los contrarios aparecen como la expresión dinámica del cambio.”


“Cambio es vida y la capacidad de cambiar es un elemento esencial del crecimiento.”


“El conocimiento de la armonía supone experimentar el conflicto. Objetivamente, un conflicto no es bueno ni malo, es solamente lo contrario a la armonía, un puente tendido hacia la creatividad. Hemos de replantearnos nuestras ideas, redondear los ángulos de nuestras tendencias negativas para que el espíritu de lucha se convierta en espíritu creador y positivo.”


“El paraíso y el infierno no pertenecen al mas allá, nosotros los creamos por medio de nuestros actos, nuestros pensamientos y nuestras palabras.”


“Así como el fuego y el agua crearon la tierra, son ellos también quienes se encargan de la limpieza. Los fenómenos naturales –lluvia, viento, nieve- purifican la tierra y su atmosfera. Volcanes y temblores de tierra mantienen el equilibrio interno. Del mismo modo, nuestro cuerpo elimina impurezas, los síntomas de las enfermedades –fiebre, inflamación, transpiración- son reacciones naturales de la eliminación para restablecer el equilibrio.”



                              Fragmentos del libro “Aikido: O la armonía de la naturaleza”
                          Autor: Mitsugi Saotome, Octavo Dan de Aikido del Aikikai Tokio.

miércoles, 11 de mayo de 2011

De la virtud al rito

XXXVIII

La virtud superior, no se precia de virtuosa, esa es su virtud.

La virtud inferior, aprecia su propia virtud, por eso no tiene virtud.

La virtud superior, no actúa ni tiene objetivos que alcanzar.

La virtud inferior, actúa y tiene objetivos que alcanzar.

La bondad superior actúa y no tiene objetivos.

La justicia superior actúa y tiene objetivos.

El rito superior actúa y si no halla respuesta, la fuerza.

Así, perdido el Tao, queda la virtud.

Perdida la virtud, queda la bondad.

Perdida la bondad, queda la justicia.

Perdida la justicia, queda el rito.

El rito es sólo apariencia de fidelidad y origen de todo desorden.

El conocimiento es sólo flor del Tao y origen de la necedad.

Así, el hombre grande observa lo profundo y no lo superficial.

Se atiene al fruto y no a la flor, rechaza esto y prefiere aquello.

                                                                                                                          TAO  TE  KING
                                                                                                                                LAO TSE