“Un antiguo cuento japonés relata la historia de un joven aventurero interesado en descubrir la diferencia entre el paraíso y el infierno.
En primer lugar, lo condujeron hasta las puertas del infierno. Allí pudo ver que había muchos comensales sentados alrededor de una mesa con los mas delicados manjares. Sus caras era rígidas, dominadas por una expresión siniestra. Lloraban desesperadamente. Al observarlos desde mas cerca, descubrió que sus manos tenían solo dos dedos, que terminaban en la forma de hashi, los palillos japoneses, de un metro de longitud. A pesar de que podían coger los alimentos, sus dedos eran tan largos que no podían acercarlos a sus bocas. Alterados por la frustración, usaban los urtensillos como armas, peleado egoístamente por una comida que no podían comer.
Después, el joven aventurero visito el paraíso. Allí descubrió la misma mesa grande, con los mismos manjares delicadamente presentados, y los mismos dedos largos. Sin embargo, todos los comensales sonreían, sus rostros irradiaban salud y alegría. Ninguna disputa alteraba el festín, pues alargando los palillos, el uno alimentaba al otro.
En suma, cual es la diferencia entre el paraíso y el infierno?. La compasión, la conciencia y la cooperación.”
Fragmento de “Aikido: O la armonía con la naturaleza”
Autor: Mitsugi Saotome, Octavo Dan de Aikido del Aikikai de Tokio.